Wednesday, February 21, 2007

Autorickshaw...? No problem sir!

Otra de las cosas buenas de India es que te da manga ancha para poner en práctica todas las ideas que puedas tener, casí todo lo que se te ocurra puedes hacerlo. Ponerte a charlar con gente desconocida, meterte en una discusión para mediar sin que nadie te pregunte quién te ha dado vela en este entierro, ir a la casa de alguno y conocer a su familia, afeitarte y darte un masaje en la calle, comer un mango por dos rupias, pillar un autorickshaw y disfrutar de la locura del tráfico...
En una mañana torrencial en Amristar, y tras hacer un poco de migas con el tipo, le pedí pillar su ricki y sin ningún problema me lo dejó unos veinte minutos.
Lo que dice el tipo es "slow,slow!" porque la calle estaba totalmente inundada (el agua nos llegaba en sitios a los pies dentro del ricki). Si alguien viene por India definitivamente lo tiene que pillar. No hay problema, saludando a los polis que ibamos.

Saturday, February 03, 2007

El otro día recibi un mensaje que no entendía




En India es común que te lleguen mensajes publicitarios al móvil, hay un tal KBC que no para de anunciar promociones que no entiendo muy bien. Me llegan sms de aproximadamente 5 personas, y el es una más. También te suele llamar una máquina que te hace preguntas sobre el servicio de tu móvil (inglés y hindi), la tengo guardada en la agenda para reconocerla y cogerlo cuando me apetece. Tampoco la entiendo mucho, pero por su tono sé que el estrés laboral ya ha llegado también a las máquinas.
En Madrid solía jugar con mi hermano a apuntar todos los mensajes que llegaban a nuestros móviles de gente desconocida, un día llegó: "Me he dejado la chaqueta, estoy en el baile", podíamos imaginarnos mil situaciones con nueve palabras, daba mucho juego. Lo bonito de todo era que pensabamos que el mundo por un momento había sido agitado y nos había caido a nosotros un mensaje en forma de regalo. Se podía responder pero siempre con otro mensaje que no tuviese nada que ver y , por supuesto, a otro número inventado. Había que seguir agitando la realidad.
Hace dos fines de semana fui al festival Kumbh Mela, lucía el sol, pisabamos tierra firme y había un río donde la gente se bañaba. Todo lo demás eran situaciones nuevas. Era como nadar en un mensaje de esos que te llegan y no entiendes. El sitio perfecto para usar la imaginación. Cuentan que una tarde la madre de Krishna cuidaba de su todavía pequeño hijo, mientras él jugaba con otros niños. La madre fue a limpiar la boca de Krishna, que estaba llena de tierra, y cuando él la abrío su madre pudo ver el universo dentro de ella. En la Kumbh Mela puede por momentos escalar hasta la boca de Krishna, deslizarme dentro de su boca y jugar ahí dentro.



No me bañé en el río, pero lo hice en idolos, dioses, templos, tiendas, platos de comida, conversaciones, sadus, saris, sonrisas, tiendas de paja, mantras, mujeres, niños...había momentos de marejada en donde las olas te daban en la cara con más fuerza y la sensación era cojonuda. Jugar en el mar tiene ese sabor.





Un día pensé que quizás juzgaba a la vida severamente porque quería que me susurrara al oido el sentido de mi existencia. Quizás lo hacía, pero claro con mensajes raros, que cambian, que no se leen de forma lineal, que te cuesta aceptar porque no los reconoces, llegan y parece que no son para tí. En India, durante una batalla entre devas y asuras , doce gotas del nectar de la inmortalidad cayeron en la tierra. Doce mensajes caidos del océano de leche eterno. Doce mensajes que se entienden bañándote en el sangam del Kumbh Mela. Mensajes sin principio ni final, mensajes que tienes que sentar a leer en la penunbra, mensajes escritos en sánscrito para tu cerebro, pero en definitiva mensajes que pueden abrir un boquete en tu pecho si te paras y reconoces que existen.